Muchas veces siento que no soy nadie, otra veces siento que soy la persona más afortunada de este mundo, y tan solamente saber que soy parte de la estadística a veces me da temor, con más de seis mil millones de personas en este planeta, pareciera que lograr imposibles... es imposible. Sin embargo, me doy cuenta que como los granos de arena del mar, somos incontables, pero cuando uno te entra al ojo, es el grano que más desprecias, o cuando juntas un poco de arena y la guardas como un bonito recuerdo es invaluable el cariño que le tienes al susodicho.
He logrado muchas de las cosas que me he propuesto, otras quedan en el olvido cuando no son más que simples caprichos. Dice un buen dicho: "Todos somos especiales, al igual que todos los demás." Si bien es cierto, también es cierto que el que quiere puede, y si yo quiero, no me importa lo que digan los demás puesto que la satisfacción de mirarlos después a la cara y ver su reacción, no tiene precio. No me retes, porque sales perdiendo. Sí, mido mis peligros, me gusta vivir bajo la certeza de que mis riesgos y probabilidades, pero también, cuando me entra en gana rompo esquemas, rompo cadenas y no tiene caso que me intentes entrar en razón.
Las corazonadas no son mi estilo. Desprecio la música popular en su mayoría. Odio las masas de gente. Adoro el silencio cuando no es incómodo. Me encanta una tarde lluviosa. Soy fan de la madre naturaleza en todo lo que cabe, desde una flor que se abre, hasta un huracán y más alla. La cultura del internet, para mí, es genial. Guardo cuanta basura se me atrievese en las calles que me llame la atención. Me gusta perderme, así como que me pongan atención. Soy despreciable. Soy un tierno cuando se me da. Me encanta el Heavy Metal en español.
Soy... Soy yo.
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